¿QUIEN Y CUANDO? ¿COMO Y POR QUE COMENZO EL MAL, EL
SUFRIMIENTO Y LA TRAGEDIA HUMANA?

A través de toda la historia registrada observamos la existencia de una naturaleza mala e innatural en el hombre, que provoca conflictos y contradicciones, ocasionando tanto sufrimiento y tragedia a nuestras vidas. Por lo tanto es razonable asumir que este mal tuvo que haber aparecido en el mero principio de nuestra existencia en este planeta, iniciándose probablemente de nuestros antepasados originales.

Este es un problema que va más allá del alcance de la ciencia y es por lo que debemos de tratar de comprenderlo desde la perspectiva de la religión.

Es muy revelador y significativo descubrir que en casi todas las culturas y religiones del mundo existe algún tipo de relato o leyenda acerca de lo que sucedió en los albores de la historia, reconociendo que el hombre perdió su dirección original y que en un cierto momento se corrompió y el mal entró en el mundo.

En cuentos egipcios, por ejemplo, se habla de una edad de oro perdida y la muerte causada por la "antepasada de las mujeres" y la serpiente.

Leyendas Indias nos explican que Brahma fue tentado por Shiva para que creyera que la flor del árbol del conocimiento le daría la inmortalidad.

En la mitología griega la caja de Pandora es un ejemplo famoso. Pandora era una mujer que iba a casarse con uno de los dioses antes de la existencia del mal. Le dieron una caja y le pidieron que no la abriera hasta después de su noche de bodas. Sin embargo, ella no pudo controlar su curiosidad y al abrirla desencadenó las terribles desgracias sobre la raza humana. La Biblia tiene el relato de Adán y Eva.

El famoso psicoanalista, Carl Jung, comprendió estos relatos no meramente como una superstición o mito, sino como importantes revelaciones de una verdad más allá de la comprensión de la mente racional. Para Jung, eran expresiones simbólicas de la memoria colectiva de la raza humana, un tesoro de secretos de nuestra mente inconsciente colectiva que nos habla de nuestro pasado como personas.

De todos los relatos acerca de lo que el cristianismo denomina la "Caída Humana", la Biblia contiene el relato más detallado y el que más impacto ha causado en las esferas culturales del mundo. Por lo tanto, este relato, merece nuestra completa atención.

El libro del Génesis en la Biblia, nos describe que el primer hombre (Adán) y la primera mujer (Eva), vivían en el "Jardín de Edén", un mundo de alegría, sin miedo, culpa o maldad. Este jardín tenía dos árboles en su centro. Dios les dio una plena libertad a Adán y Eva, con la única excepción de obedecer el mandamiento de "no comer" del "fruto" del "Arbol del conocimiento del Bien y del Mal", con la seria advertencia de que si comían morirían.

Tentada por una "serpiente", la mujer comió del fruto prohibido y luego lo compartió con el hombre. Como resultado, ambos sintieron vergÿenza de su desnudez y se ocultaron de Dios. Luego, Dios maldijo a la serpiente y fueron expulsados del jardín. Dios puso un ángel para que guardara del hombre, el camino de acceso al "Arbol de la Vida", el otro árbol que estaba en el centro del jardín.

Esto fue la caída de nuestros antepasados de acuerdo con este relato bíblico.

Examinemos detenidamente este relato para poder descifrar sus distintos símbolos que nos permitan comprender su significado y mensaje en relación con la condición humana actual.

EN LA BUSQUEDA DE NUESTROS ANTEPASADOS

Una de las características que distingue a los seres humanos del resto de los animales es que poseemos un espíritu único, eterno e indestructible. Por tanto, en el siguiente análisis cuando se hace referencia o mención a la primera pareja original, [según la Biblia Adan y Eva] nos referimos respectivamente al primer espíritu masculino, eterno e indestructible de un hombre [Adan] y de una mujer [Eva]. Ambos representan y encarnan respectivamente las características masculinas y femeninas de Dios y estaban supuestos a ser la manifestación visible de Sus características invisibles [imagen y semejanza]. Estos dos primeros espíritus humanos encarnados estarían en la posición de hijos de Dios como señores y herederos de todo lo creado. El resto de todos los espíritus humanos existentes se originaron y multiplicaron de estos dos primeros espíritus humanos [padre y madre].

Nuestra preocupación fundamental es clarificar su origen espiritual y divino así como el propósito para su creación, evitando especular sobre los todavía desconocidos detalles de su origen biológico o físico. Las preguntas relacionadas con nuestro origen físico o biológico es un problema que compete a la ciencia y que esperamos pueda dar una respuesta satisfactoria en un futuro no muy lejano. Aun en el supuesto caso de que múltiples parejas de homínidos estuviesen involucrados en nuestro origen biológico, ello no presentaría ningún problema con el planteamiento básico presentado por el Principio Divino. Sin embargo, recientes descubrimientos realizados a través de la biología genética aportan nueva luz en la búsqueda de nuestros antepasados.

Los biólogos modernos, Rebecca L. Cann, Mark Stoneking y Allan C. Wilson de la universidad de California, Berkeley; recientemente hicieron una investigación a través de rastrear el código genético del DNA mitocondrial, el cual se transmite exclusivamente por la línea materna y que obtuvieron de las placentas de 147 mujeres de todas las razas y puntos geográficos de los 5 continentes. Los resultados obtenidos llevaron a una poderosa conclusión: Cada uno de nosotros, como parte de la humanidad, podemos rastrear nuestro linaje hasta una única mujer, que curiosamente estos científicos, apodaron "Eva Mitocondrial". Estos resultados fueron publicados el 1 de enero de 1987 bajo el título: "La Evolución Humana y el DNA Mitocondrial" en NATURE, una de las revistas científicas de mayor prestigio. Esta investigación causo una gran controversia y luego fue seguida de numerosos ataques por refutarla. Pero a pesar de que se desacreditó la raza, el lugar y el tiempo de la aparición de esta supuesta "primera antepasada", el postulado fundamental de que nuestros genes provienen de "ella" se mantiene.

La raza humana comenzó en un cierto punto específico de la historia de nuestro planeta, así como nuestra propia vida individual, también tuvo un punto de comienzo. Hagamos la siguiente comparación: Nuestro padre y nuestra madre son el punto de comienzo de nuestra vida. Ellos nos transmitieron sus características y genes, que estaban contenidos en las dos células originales que se unieron en el momento de la concepción y que luego, al multiplicarse, dieron origen a la inmensa cantidad de células que componen los órganos de nuestro cuerpo. Cada célula de nuestro cuerpo, porta ese código genético exclusivo y característico de cada individuo y que proviene de las dos células originales.

En forma similar, los más de 5,500 millones de personas que actualmente conforman la población mundial, provienen de la multiplicación que ocurrió a través del tiempo, en las distintas generaciones y que al retroceder en nuestro árbol genealógico, nos llevarían a nuestros antepasados originales. El primer padre y la primera madre, la primera pareja humana, origen de nuestra especie. Cada uno de nosotros, portamos ese código genético exclusivo y característico de nuestra especie, dado por esos padres originales.

[Cada individuo sin excepción proviene de un padre y una madre. Es por tanto un problema matemático de estadística del crecimiento de población el regresar desde los aproximadamente 5,500,000,000 habitantes que conforman la población mundial actual hasta retroceder al tiempo con cero habitantes y obviamente, el siguiente numero después del cero que habría que considerar seria el 2, pues 1 o 1.5 en este caso no pueden procrear.]

¿Llegarán finalmente los biólogos a la conclusión de que el Adán y la Eva del relato bíblico, la primera pareja de nuestros antepasados, de hecho realmente existieron?

Hoy tenemos que agradecer que muchos de los descubrimientos en la ciencia actual, están ayudando a unificar y clarificar muchos de los viejos conceptos religiosos. Sobre todo, los nuevos y revolucionarios avances en las áreas de la física cuántica, la biología molecular y la parasicología.

Desafortunadamente en siglos pasados, desde los tiempos de Galileo Galilei, existen serias e irreconciliables disputas entre el punto de vista de la religión y la ciencia, fundamentalmente, provocadas por la ignorancia y una actitud de prepotencia y fanatismo que muchas veces estaba presente en ambos lados.

Según los "Principios de Unificación" no debe de existir contradicción entre la ciencia y la religión. Como humorísticamente el Reverendo Moon expresó a un grupo de científicos que estaban interesados en saber por qué un líder religioso patrocina enormes conferencias con científicos, el dijo: "Dios es el más antiguo y el número uno de todos los científicos".

La ciencia y la religión deben de trabajar juntas y en armonía, puesto que ambas sirven para superar nuestra ignorancia externa e interna. Como Albert Einstein comenta: "La ciencia sin la religión está lisiada y la religión sin la ciencia está ciega".

EL SIGNIFICADO DE LOS SIMBOLOS

EL JARDIN DEL EDEN.- La palabra hebrea "edén" significa alegría o delicia, lo que nos indica que el hombre debería de vivir en alegría y felicidad. El "Jardín del Edén" representa, por tanto, ese Mundo Ideal o Paraíso Terrenal, que se realizaría con el cumplimiento de lo que el Principio Divino denomina "las tres grandes bendiciones":
La primera bendición:
Se refiere al logro de la perfección individual.
La segunda bendición:
Se refiere al establecimiento de una familia verdadera de amor eterno.
La tercera bendición:
Se refiere a la armonía y unidad de la familia humana con todas las cosas creadas. (El cuidado del medio ambiente).
Estos dones o bendiciones divinas, serían las metas esenciales a cumplir por todo hombre y están expresadas en el versículo 1:28 del Génesis:" Creced, multiplicaos y dominad..." (Véase diagrama).

Adán y Eva tenían que crecer y alcanzar una madurez física y espiritual como hijos de Dios, es decir, llegar a ser uno con Dios en corazón, amor e ideales. De esta forma, Adán y Eva se convertirían en la encarnación o manifestación visible de Dios invisible. El templo donde el Espíritu de Dios morara constantemente

Luego, con el permiso y la bendición de Dios, se unirían intoxicados en un amor celestial, estableciendo una pareja eterna y convirtiéndose en los Padres Verdaderos que transmitirían la vida física y espiritual a sus hijos. Ellos establecerían la tradición del amor verdadero y felicidad eterna que seguirían más tarde todos sus descendientes y toda la humanidad.

Este reino de amor y felicidad continuaría expandiéndose en la dimensión espiritual o Mundo Espiritual, después de la muerte de nuestro cuerpo físico.

A través de la familia humana, Dios podría ejercer un dominio de amor sobre todas las cosas creadas tanto en el mundo físico como en el mundo espiritual.

Todo esto sería hoy una realidad, si el hombre no se hubiese degradado por el pecado en el origen. Por esta razón, la voluntad incambiable de Dios y el deseo permanente del hombre es el de restaurar y recuperar ese jardín o Paraíso Terrenal perdido. Esa esperanza se expresa en términos religiosos como el "Reino de los Cielos" o el "Nuevo Cielo y la Nueva Tierra" mencionados en la Biblia.

LOS DOS ARBOLES DEL EDEN.- El Arbol de la Vida y el Arbol del Conocimiento del Bien y el Mal, no son árboles de hojas y ramas que podamos encontrar en los libros de botánica. Estos dos árboles que se encontraban en el centro del jardín, simbolizan a Adán y Eva que estaban en el centro de la creación divina. Existen numerosos pasajes de la Biblia, en los que se compara al hombre con un árbol. (Prov.11:30 y 15:4, Salmos 1:3, Is. 5:7, Dan. 4:17-19, Jn. 15:5, Rom. 11:17). El árbol de la vida, que era el deseo de Adán y que él no pudo alcanzar al ser expulsado del jardín después del pecado, representa al Adán perfecto u hombre de vida. Por eso la expresión "Arbol de la Vida" se menciona en la Biblia en varias ocasiones como la esperanza y deseo permanente, no sólo de Adán, sino de todos los hombres por alcanzar la perfección. Por ejemplo, en el Antiguo Testamento: Proverbios 13:12, "...deseo satisfecho es árbol de vida" y luego en el Nuevo Testamento: Apocalipsis 22:14 "Dichosos los que laven sus vestiduras así podrán disponer del Arbol de la Vida..."

El Arbol del Conocimiento del Bien y del Mal, representa a Eva en su etapa de crecimiento y su "fruto", como veremos más adelante, podría dar el conocimiento del bien y el mal.

EL MANDAMIENTO.- El hecho de que existía la posibilidad de actuar en una dirección mala nos indica que el hombre y la mujer estaban todavía inmaduros en un período de crecimiento hacia la perfección. El mandamiento representa la "Palabra, Verdad o Principio" de Dios que tenía que guiarlos durante su período de crecimiento. Era la responsabilidad del hombre tener fe en esta palabra, como el desafío que les permitiría por sus propios esfuerzos alcanzar la perfección y cumplir con el propósito de sus vidas. Ese relato y la trágica realidad en que vivimos, nos indica que ellos fallaron en su responsabilidad.

EL FRUTO PROHIBIDO.- ¿Qué es exactamente lo que hicieron? La respuesta gira alrededor del fruto. ¿Cuál es el significado de ese fruto que los llevó hacia el mal? Obviamente debe ser el símbolo de algo extremadamente importante por el que estaban dispuestos a arriesgar su vida.

El fruto no pudo ser sólo una prueba que Dios les puso para demostrar su obediencia, como alguna gente cree. Ningún padre y mucho menos un Dios de amor, además omnisciente, probaría a sus hijos imponiéndoles un castigo de muerte por fallar la prueba. Por lo tanto, el mandamiento de Dios no fue una prueba, sino más bien, una advertencia para proteger a sus hijos de algún grave peligro a su alrededor.

Más aún, nuestros antepasados sólo podrían arriesgarse a morir por algo que fuera más deseable y estimulante que la vida misma. ¿Qué podría ser? ¿Qué es más importante que la vida misma y que, incluso hoy, nos puede arrastrar a desestimarla? Como ya hemos explicado, sólo la fuerza del amor es más fuerte que el deseo por la vida. Hombres y mujeres han sacrificado sus vidas por el amor a Dios, a su país, a sus ideales, etc. Una gran cantidad de duelos y muertes ocurren en las disputas por conquistar el amor de un hombre o una mujer.

El fruto de un árbol es la señal de su madurez y capacidad de reproducción. El árbol se multiplica a través de su fruto que contiene semillas. De igual forma, el hombre se multiplica a través de sus órganos sexuales. Nuestro "fruto" representa el amor sexual a través del cual también nos multiplicamos.

Antes de comer del fruto, Adán y Eva no sentían vergÿenza de su desnudez. Después de comer del fruto, ellos sintieron vergÿenza de sus cuerpos desnudos y ocultaron sus partes sexuales. Que Adán y Eva "comieron del fruto", significa que tuvieron una relación sexual.

El hecho de que se ocultaron y sintieron vergÿenza, nos indica la pérdida de su inocencia y que esa relación sexual, se realizaba en desobediencia al mandamiento y las direcciones de Dios, antes de su plena madurez física y espiritual.

Es una inclinación natural el ocultar lo malo y sentir vergÿenza de nuestra conducta equivocada.

¿Quiere esto decir que el sexo en sí mismo es malo? Por supuesto que no, en realidad todo lo contrario. Como ya hemos explicado, una vez lograda la madurez física y espiritual, el amor sexual, centrado en Dios, debería de ser la experiencia más hermosa y sagrada entre un hombre y una mujer. Los órganos sexuales serían el punto de unión en la consumación del amor verdadero y eterno entre Dios, Adán y Eva. Esos órganos son el lugar más valioso: El palacio del amor, la vida y el linaje, por donde se multiplicarían los hijos de Dios.

El mandamiento de Dios de "no comer", era necesario para Adán y Eva, sólo durante el período de su crecimiento a la perfección. Era muy importante su estricta obediencia, pues de ello dependía la realización del Ideal del Amor y el propósito de la Creación Divina. Una vez alcanzada la madurez, Dios mismo se fundiría con ellos en el disfrute de su matrimonio y amor sexual.

LA SERPIENTE.- En toda la literatura mundial, siempre se repite ese famoso complot del triángulo de amor, donde dos caracteres luchan por el amor de un tercero. También, lo encontramos en los distintos relatos de la caída. En el relato de la Biblia este tercer personaje está caracterizado por la "serpiente".

¿Quién es esa "serpiente" que indujo a Adán y Eva, que eran puros e inocentes, a tener una experiencia sexual prematura en desobediencia al mandato de Dios? Es obvio que esta "serpiente" no se refiere literalmente a ningún reptil con la capacidad de hablar.

La Biblia, en el Apocalipsis (12:9) llama Diablo o Satanás a esta serpiente antigua y lo identifica con un ángel caído que engaña al mundo entero y que fue expulsado del cielo junto con otros ángeles. En la tradición cristiana a este líder de ángeles, originalmente bueno y que luego traiciona a Dios y provoca la caída de Adán y Eva, se le conoce como el arcángel Lucifer.

¿Qué hace Lucifer para traicionar el plan divino? La Biblia nos revela en los versículos 6 y 7 de la carta de San Judas en el Nuevo Testamento, que esos ángeles caídos perdieron su posición por cometer pecados sexuales. Esto nos indica que el arcángel Lucifer como líder de esos ángeles también cayó y se degradó por un pecado sexual.

Dado que también ese fue el pecado cometido por Adán y Eva al ser influidos por el arcángel, nos lleva a concluir, que no se trata de dos incidentes separados sin ninguna relación, sino que se refieren al mismo delito.

EL PRIMER DELITO O PECADO ORIGINAL

Una vez examinados y descifrados todos los símbolos de este relato sobre la caída, llegamos a la conclusión de que este primer delito o pecado original fue la relación adúltera e ilícita de amor sexual entre Eva y el arcángel Lucifer. Más tarde, este amor contaminado se pasa a Adán, cuando Eva lo induce a tener una relación sexual prematura y lo corrompe con el mismo tipo de amor falso y egoísta aprendido del arcángel.

Este adulterio y fornicación, constituye la más grande traición contra Dios y contra ese ideal de amor verdadero y eterno que Adán y Eva realizarían después de su madurez física y espiritual.

Si el amor es lo más sagrado y valioso en la vida, la destrucción del amor representa por tanto la tragedia más grande que uno se puede imaginar.

Como veremos a continuación, este incidente corrompió a nuestros primeros antepasados que estaban supuestos a transmitir el verdadero ejemplo y tradición de lo que sería el amor verdadero y eterno entre marido y esposa. También estaban supuestos a llegar a ser los Padres Verdaderos y los representantes visibles de Dios para todos sus descendientes, realizando un mundo próspero y feliz.

Pero, en lugar de esto, la historia humana comenzó con un adulterio y fornicación, estableciendo un modelo falso y un ejemplo totalmente opuesto a lo que debería de ser el ideal, embruteciendo al hombre espiritual y físicamente a niveles bajísimos, llevándonos a la era de las cavernas por miles de años y acarreándonos unas consecuencias trágicas para la historia humana.

Siempre se nos ha enseñado que el pecado original es la raíz o la fuente de todos los demás pecados. Muchos teólogos y creyentes estaban intrigados de como un sólo incidente podía causar tan graves consecuencias.

Podemos compararlo con el simple pinchazo de un ojo para causar la ceguera permanente, o a una simple perforación al corazón, que termina con la vida de todo el cuerpo.

En el psicoanálisis, se encuentran a menudo casos de severos disturbios mentales originados por un sólo trauma psíquico.

Podemos decir que es como la contaminación en la fuente abastecedora de agua, que inevitablemente afectará a toda la ciudad, o como la enfermedad que entra en la raíz de un árbol y gradualmente infecta cada rama y hoja. En el árbol familiar de la humanidad Adán y Eva eran las raizes.

INTERPRETACIONES SIMILARES

La interpretación de la caída de los ángeles y la caída de Adán y Eva en términos sexuales o de concupiscencia no es algo nuevo en la historia del Judeocristianismo.

La encontramos en escritos de ciertos rabinos judíos, sobre todo del período intertestamental, así como en los padres de la iglesia y escritores eclesiásticos de los primeros siglos de nuestra era.

Clemente de Alejandría en el siglo II escribió: "...el primer hombre de nuestra raza no esperó el tiempo apropiado, deseando el favor del matrimonio antes de su hora y cayó en pecado por no esperar el tiempo de la voluntad de Dios...ellos (Adán y Eva) fueron inducidos a hacerlo mucho antes de lo normal porque estaban todavía jóvenes y fueron arrastrados por el engaño." (Sobre el matrimonio XIV:94, XVII:102-103).

De forma similar, Teófilo Antioqueo y San Irineo consideraban a Adán en una edad prematura cuando infringió el precepto de abstenerse de la unión conyugal con Eva, su futura esposa, no porque fuera una acción mala, sino impropia de su edad.

Este concepto de que la caída ocurrió en un período de inmadurez antes de que alcanzaran la perfección, también es compartido por Pedro Lombardo, Hugo de San Víctor, Alejandro de Hales, San Buenaventura, Juan Duns Escoto y otros en la escuela franciscana.

Influidos por algunos libros apócrifos de esa época y en especial por el Libro de Enoch, la noción de una relación carnal de los ángeles con las mujeres en los comienzos de la historia era comúnmente aceptada, sobre todo, para interpretar los versículos del Génesis 6:1-4. Tertuliano (160-200) llama a esos ángeles caídos "Desertores Dei, Amatores Feminarum" (Los desertores de Dios y amantes de las mujeres.) Interpretaciones similares fueron mantenidas por: San Irineo, Atenágoras, San Atanasio, San Ambrosio, San Jerónimo, San Justino y otros. Sin embargo, esos análisis ambiguos e incompletos no prosperaron, ni pudieron realmente ofrecer un remedio efectivo al grave problema del pecado original.

El "Ambrosiaster", un escrito del siglo IV atribuido durante mucho tiempo a San Ambrosio, pero de autor desconocido, es un poco más específico:

"Al ser corrompida Eva, la primera mujer, pierde su virginidad contra la voluntad de Dios y aparece corrompido cuanto de ella se engendra, comenzando por Caín, nacido de la primera desobediencia."

"El demonio ha utilizado a Eva para enredar a Adán, haciendo de él un instrumento para usurpar la soberanía suprema, que sólo a Dios pertenece."

"Adán el hombre primero y único creado y promovido por Dios a la realeza universal, con la investidura de la imagen y semejanza divina, aceptó la propuesta demoníaca de hacerse igual a Dios desflorando la virginidad de su mujer, Eva, a la cual el Señor había prometido el amor conyugal y casto de un matrimonio santo." ( El Pecado Original. Eleuterio Elorduy. B.A.C. 1977, pag. 202, 208, 221)

El "Ambrosiaster" influye en gran medida a San Agustín en su interpretación del pecado original. San Agustín, aunque enfatizó que la caída se debió primordialmente al pecado de orgullo y desobediencia, merece nuestro reconocimiento por señalar también el factor sexual, así como su comprensión de que la concupiscencia es todavía la raíz del presente estado pecaminoso del hombre.

Lo extraordinario de estas nuevas revelaciones presentadas ahora por el Reverendo Sun Myung Moon, se debe a que no provienen de una mera interpretación bíblica o de un estudio de las interpretaciones teológicas dadas en el pasado, sino que el Reverendo Sun Myung Moon proclama con absoluta confianza y gran autoridad que son una nueva revelación divina, resultado de una directa e intensa búsqueda en la realidad del mundo espiritual.

Segundo, esta revelación, como veremos a continuación, nos aclara y profundiza con minucioso detalle, por primera vez en la historia, el proceso, la motivación, los resultados y las soluciones a ese primer crimen o pecado original que tanto nos afectó y afecta, arrastrando al hombre en la dirección ilícita del amor.

Desafortunadamente, tenemos que reconocer que en lo profundo del corazón del hombre, todavía persiste esa fuerte inclinación o tendencia por el deseo de un amor ilícito.