El Principio Divino
CAPITULO V
La Resurrección
Si aceptamos literalmente las profecías bíblicas, tenemos que pensar que, en la Segunda Llegada del Señor, los cuerpos físicos de todos los santos enterrados y descompuestos volverán de nuevo a su estado original de vida en la carne (1 Ts. 4 :16, Mt. 27 :52). Ya que estas son palabras dadas por Dios, debemos aceptarlas como tal. Pero, debido a que esto no tiene como convencer a la lógica del hombre moderno, finalmente provoca una gran confusión en nuestra vida de fe. Es un asunto de suma importancia aclarar el verdadero contenido de este problema.
SECCION I
La Resurrección
Resurrección significa volver a la vida. Si tenemos que volver a la vida, es porque antes hemos muerto. Para conocer el verdadero significado de la resurrección, debemos comprender claramente el concepto bíblico de vida y muerte.
1. EL CONCEPTO BIBLICO DE VIDA Y MUERTE
En Lucas 9:60, leemos que Jesús le dijo a un discípulo que deseaba ir primero a enterrar a su padre: «Deja que los muertos entierren a sus muertos». En estas palabras de Jesús, encontramos dos conceptos diferentes de vida y muerte.
Primero es el concepto de vida y muerte concerniente a la muerte del cuerpo físico, que es el cese de la vida física; éste era el caso del padre del discípulo, a quien iban a enterrar. La vida que es opuesta a esta clase de muerte es el estado en el cual el cuerpo físico mantiene sus funciones fisiológicas.
El segundo es el concepto de vida y muerte referente a las personas que se reunieron para el entierro del padre a quienes Jesús llamó «muertos». ¿Por qué Jesús llamó «muertos» a aquellos que en realidad estaban vivos? Porque ellos al no aceptar a Jesús se habían separado del amor de Dios; es decir, que estaban bajo el dominio de Satán. Por lo tanto, esta muerte no significa el cese de la vida física, sino más bien el haber caído bajo la esfera del dominio satánico, dejando el seno del amor de Dios. Por consiguiente, el significado de vida que es opuesto a esta clase de muerte es el estado de moverse de acuerdo con la voluntad de Dios, dentro de la esfera del domino de Su amor. Por más activo que sea un hombre, mientras permanezca en el dominio de Satán, y no en el de Dios, estará muerto de acuerdo al estándar de valor original de la creación.
Nuestra comprensión puede ser más profunda leyendo en Apocalipsis 3:1, las palabras a la iglesia de Sardes, que dicen: «...tienes nombre como de quien vive, pero estás muerto». Por el contrario, aunque alguien muera físicamente, si su espíritu habita en el dominio de Dios en el Reino Celestial, estará vivo en el sentido más verdadero. Cuando Jesús dijo: «...el que cree en mí, aunque muera, vivirá» (Jn. 11:25), quiso decir que quien crea en Jesús y viva bajo el dominio de Dios seguirá vivo, aunque muera físicamente y se convierta en polvo, porque su hombre espiritual permanecerá en el dominio de Dios.
Jesús siguió diciendo: «y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás». Esto no significa que quienes creen en Jesús nunca morirán físicamente, disfrutando así de una vida eterna sobre la tierra. Quienes crean en Jesús en su vida, permanecerán vivos no sólo mientras estén en la tierra, sino que después de la muerte física emigrarán al mundo del espíritu, vivirán allí para siempre en el seno del amor de Dios, sin probar la muerte. La afirmación de Jesús es una indicación de que la muerte física del hombre no afecta a su vida eterna en el mundo espiritual.
De nuevo, él dijo: «Quien intente guardar su vida, la perderá, y quien la pierda, la conservará» (Lc. 17:33). El quiso decir que aquellos que traicionan la voluntad de Dios por guardar su vida física, aunque físicamente puedan ser activos, están muertos. Por el contrario, los hombres espirituales que sacrificaron sus vidas por el beneficio de la voluntad de Dios, aunque estén físicamente muertos y descompuestos, vivirán para siempre en el seno del amor de Dios y permanecerán así vivos durante toda la eternidad.
2. LA MUERTE CAUSADA POR LA CAIDA
Hemos aprendido que hay dos tipos de muerte, cada uno con diferente significado. ¿Cuál de las dos muertes fue la causada por la caída de los primeros antepasados humanos?
Dios creó al hombre para crecer, envejecer y convertirse en polvo aunque no hubiera caído.
Por consiguiente, Adán murió a la edad bíblica de 930 años y se convirtió en polvo, pero esta no fue la muerte causada por la caída. De acuerdo con los principios de la creación, nuestra carne es como el vestido de nuestro espíritu; por lo tanto, es natural que desechemos nuestra carne cuando está vieja y exhausta, de igual manera que desechamos nuestros vestidos gastados. Entonces nuestro hombre espiritual va al mundo invisible para vivir allí eternamente. No hay ni un sólo ser biológico, compuesto de materia, que posea eternidad. Como el hombre no es una excepción en este principio de la creación; su cuerpo físico no puede vivir para siempre.
Si los hombres pudieran vivir eternamente en la tierra, con su cuerpo físico, no hubiese sido necesario crear en un comienzo el mundo invisible, lugar donde van los espíritus. El mundo invisible no fue creado después de la caída, para que los espíritus de los hombres caídos vivan allí; sino que ya había sido creado antes que la humanidad, para que sus espíritus, después de haber cumplido el propósito de la creación, vivan allí para siempre una vez que dejasen sus cuerpos físicos.
Los hombres caídos tienen tanto apego a la vida física porque, debido a la caída, ignoran el hecho de que fueron creados para vivir eternamente en el maravilloso mundo invisible después de dejar la carne. Nuestra vida física en la tierra y nuestra vida espiritual en el mundo invisible pueden ser comparadas con la de la larva y la mariposa. Si una larva tuviera consciencia, tampoco querría salir de su envoltura por sentir un apego hacia ella, de igual manera que el hombre está apegado a su vida física en la tierra. Esto ocurre debido a que la larva no conoce que hay un nuevo mundo después de tornarse mariposa en donde podrá disfrutar de la fragancia de las flores y la dulce miel.
La relación entre un hombre terrenal y un hombre espiritual es precisamente similar a la que existe entre una larva y una mariposa. Si el hombre no hubiera caído, sabría muy bien que dejar el cuerpo físico no significa una separación eterna con sus seres amados, debido a que los hombres espirituales pueden encontrarse tan libremente como los hombres terrenales. Además, si los hombres supieran que el mundo espiritual es un lugar hermoso y feliz, estarían esperando el día de su partida hacia ese mundo.
Si, de las dos clases de muerte, la física no es el resultado de la caída, debemos llegar a la conclusión de que en realidad la muerte causada por la caída fue la muerte espiritual, que significa la caída al dominio satánico.
Estudiemos la cuestión más detalladamente, centrados en la Biblia. La muerte causada por la caída significa la muerte originada cuando los primeros antepasados humanos comieron del fruto del Bien y del Mal ¿Qué clase de muerte debió haber sido? Génesis 2 :17, dice que Dios, después de crear a Adán y Eva les dijo que el [día] que comieran del fruto [ciertamente] morirían. Por consiguiente, si creemos en las palabras que Dios dijo, ellos [ciertamente] murieron el [día] en que comieron del fruto. Pero, Adán y Eva «muertos» siguieron su vida física en la tierra de igual manera que nosotros hoy día, multiplicando hijos y finalmente estableciendo una sociedad humana caída.
Según este hecho, podemos comprender claramente que la muerte causada por la caída no significa el cese de la vida física, sino el estado de haber caído desde el dominio bueno de Dios al dominio malo de Satán.
Señalemos algunos ejemplos de la Biblia. 1 Juan 3:14, dice: « .. .Quien no ama permanece en la muerte ». El amor aquí expresado, es por supuesto, el amor de Dios. Quiere decir que quienes no aman a su prójimo con el amor de Dios están muertos, a pesar de que vivan activamente en la tierra. Con este mismo significado leemos en Romanos 6:23: «Pues el salario del pecado es la muerte; pero el don gratuito de Dios, la vida eterna» y en Romanos 8:6, se dice: «Pues las tendencias de la carne son muerte; más las del espíritu, vida y paz».
3. EL SIGNIFICADO DE LA RESURRECCION
Hasta ahora hemos mantenido la idea equivocada de que la expiración de la vida física del hombre fue solamente a causa de la caída. Por esta razón, hemos creído que la resurrección de los santos que murieron, se realizaría mediante la resurrección de los cuerpos físicos descompuestos, a su estado original.
De acuerdo con los principios de la creación, esta clase de muerte no fue originada por la caída de los antepasados humanos. Desde el principio, el cuerpo del hombre fue creado para volverse en polvo después de envejecer y morir. Así como el cuerpo humano una vez que está descompuesto no puede resucitar a su estado original, un espíritu que fue a vivir eternamente al mundo espiritual no necesita volver a la carne.
Por consiguiente, la «resurrección» significa un fenómeno gradual de restauración a la esfera de dominio directo de Dios, según la providencia de restauración, saliendo desde la posición caída dentro del dominio satánico. Nosotros resucitamos en la medida que nos arrepentimos de nuestros pecados, siendo hoy más buenos que ayer.
Para dar algunos ejemplos de la resurrección en la Biblia leemos en Juan 5:24 «...el que escucha mi Palabra y cree en El que me ha enviado, tiene vida eterna y no incurre en juicio, sino que ha pasado de la muerte a la vida». Precisamente el significado de resurrección es volver al seno del amor de Dios, dejando el de Satán por fe en Jesús. De nuevo, en 1 Corintios 15:22, se dice: «Pues del mismo modo que en Adán mueren todos, así también todos revivirán en Cristo», queriendo decir que muerte es el haber heredado el linaje satánico por causa de Adán y resurrección significa volver al linaje de Dios por medio de Cristo.
4. ¿QUE CAMBIO CAUSA LA RESURRECCION EN EL HOMBRE?
Como Dios predijo en Génesis 2:17, Adán y Eva murieron (muerte espiritual), cuando comieron del fruto del Bien y del Mal. Sin embargo, no hubo ningún cambio externo. Y si lo hubo, debió ser sólo un momentáneo cambio de expresión, causado por el miedo y la inseguridad. Por consiguiente, no habrá ningún cambio externo en el hombre caído incluso después de haber resucitado al estado que tenía antes de comer del fruto. La persona renacida por el Espíritu Santo, sin duda alguna es una persona resucitada si la comparamos con la que era antes de renacer. Si comparamos a un hombre resucitado con un ladrón; el primero, como persona del lado de Dios está en la posición de haber resucitado en la medida que renació. El otro, como persona que irá al infierno, está como muerto. Pero externamente no hay ninguna diferencia entre ellos.
Como lo ilustramos anteriormente, quienes creen en Dios, obedeciendo las palabras de Jesús, han pasado ciertamente de la muerte a la vida. No obstante, no hay ningún cambio físico perceptible por el cual se pueda diferenciar a una persona en estado de muerte, antes de tener fe en Jesús, con la misma persona después de la resurrección, aunque ha pasado de la muerte a la vida al creer en Jesús.
En verdad, Jesús vino como un hombre que había cumplido el propósito de la creación (ref. «Cristología»). Sin embargo, Jesús, en su apariencia exterior, no era diferente de cualquier hombre caído. Si hubiera habido alguna diferencia, todos sus contemporáneos seguramente le habrían seguido. El hombre abandona el dominio satánico a través de la resurrección y uniéndose con el corazón de Dios llega a poseer divinidad.
Cuando los hombres caídos vuelven de esta manera al dominio de Dios mediante la resurrección, ocurre inevitablemente un cambio en su espiritualidad. El cambio espiritual, de hecho, santifica el cuerpo humano, pasando de ser antes la morada de Satán a ser luego el templo donde Dios puede vivir. En este sentido, podemos ver que el cuerpo humano resucita también. Es similar a un edificio que ha sido usado para malos propósitos; si es usado como templo de Dios, se transformara en un edificio sagrado, aunque no haya habido ningún cambio en su apariencia exterior.
SECCION II
La Providencia de la Resurrección
1. ¿COMO REALIZA DIOS LA PROVIDENCIA DE LA RESURRECCION?
La resurrección es el fenómeno gradual de restauración del hombre caído al hombre original de la creación. Por lo tanto, la «providencia de la resurrección» significa la providencia de la restauración. En otras palabras, ya que la providencia de la restauración es la providencia de la recreación, la providencia de la resurrección es también la providencia de la recreación. Por esta razón, la providencia de la resurrección se realiza de la siguiente manera, de acuerdo a los principios de la creación.
Primero, en la historia de la providencia de la resurrección, si bien las figuras centrales a cargo de una cierta responsabilidad en sus respectivas misiones, no pudieron cumplir completamente sus partes de responsabilidad, ofrecieron sus máximos esfuerzos con completa lealtad por la voluntad de Dios. En proporción a sus realizaciones, pudieron ampliar la base sobre la cual el hombre caído podía estrechar su relación de corazón con Dios. Con el correr de la historia, la gente de las sucesivas generaciones podía disfrutar del mérito de la era de la providencia de la restauración, gracias al fundamento de corazón acumulado por santos y profetas del pasado. La providencia de la resurrección se realiza, por lo tanto, de acuerdo con los beneficios de la era.
En segundo lugar, de acuerdo con los principios de la creación, el hombre, creado como parte de responsabilidad de Dios, recién puede alcanzar la perfección cuando cree y practica las palabras dadas por Dios. Por consiguiente, al realizar la providencia de la resurrección, la parte de responsabilidad de Dios debe ser dar las «palabras» para la providencia. La voluntad de Dios se realizará siempre y cuando el hombre crea y practique estas palabras, como su propia parte de responsabilidad.
Tercero, a la luz de los principios de la creación, el hombre espiritual fue hecho para crecer y llegar a la perfección sólo usando como base su cuerpo físico. Así la resurrección del hombre espiritual, de acuerdo con el principio de la recreación, también se realiza solamente centralizado en la vida física en la tierra.
Cuarto, el hombre fue creado para ser perfecto atravesando tres etapas ordenadas de crecimiento, conforme a los principios de la creación. Por ello, la providencia de la resurrección de los hombres caídos también tiene que ser realizada pasando por las tres etapas ordenadas del período providencial.
2. LA PROVIDENCIA DE LA RESURRECCION DE LOS HOMBRES EN LA TIERRA
(1) La providencia para el fundamento de la resurrección
Dios comenzó Su providencia de la resurrección en la familia de Adán. Pero como no cumplieron su parte de responsabilidad los personajes centrales que apoyaban la voluntad de Dios, la providencia ha venido postergándose y recién comenzó a realizarse a partir de que Abraham fue establecido 2.000 años después como «padre de la fe». Por esta razón, el período de 2.000 años desde Adán hasta Abraham fue la era que logró un fundamento para que en la era entrante, se pueda realizar la providencia de la resurrección. Llamamos a este período la «era providencial para el fundamento de la resurrección».
(2) La providencia de la resurrección en la etapa de formación
Durante el período de 2.000 años desde el tiempo de Abraham, en que comenzó la providencia de la resurrección, hasta el tiempo de Jesús, Dios realizó la providencia de la resurrección de formación. Los hombres que vivían en la tierra en este período podían recibir el beneficio de la era de acuerdo con la providencia divina de la resurrección de formación. Dios realizó su providencia para que el hombre cumpla su responsabilidad y sea justificado por medio de creer y practicar las palabras de los diez mandamientos del Antiguo Testamento dadas para esta era. Por lo tanto, designamos a esta era la «era de la justificación por las obras». La gente de esta era pudo alcanzar un espíritu de formación, al resucitar su espíritu sobre la base del cuerpo físico, practicando la Ley. Cuando un hombre que ha alcanzado el nivel de espíritu de formación en la tierra abandona su cuerpo físico, su espíritu va a vivir al mundo espiritual en ese nivel.
(3) La providencia de la resurrección en la etapa de crecimiento
Debido a la crucifixión de Jesús, la providencia de la resurrección no pudo ver su cumplimiento y ha sido prolongada hasta el tiempo de la Segunda Llegada. El período de 2.000 años de prolongación se llama la «era providencial para la etapa de crecimiento de la resurrección», debido a que en esta era se realiza la providencia de la resurrección en la etapa de crecimiento mediante la salvación espiritual. Los hombres terrenales de esta época pueden recibir el beneficio de la era, de acuerdo con la providencia de Dios de la resurrección en la etapa de crecimiento. Dios realizó la providencia de la resurrección en la etapa de crecimiento, para que la gente quedara justificada cumpliendo su parte de responsabilidad al creer en las palabras del Nuevo Testamento, que Dios les había dado para la providencia de esta era. Llamamos a esta era la «era de la justificación por la fe». La gente de esta era puede alcanzar la etapa de espíritu de vida logrando que su hombre espiritual pase por la resurrección en la etapa de crecimiento mediante su fe en el Evangelio. Cuando un hombre que ha alcanzado la etapa de espíritu de vida abandona su cuerpo físico, va al Paraíso, que es el mundo espiritual en donde viven los que han alcanzado la etapa de espíritu de vida.
(4) La providencia de la resurrección en la etapa de perfección
Llamamos «era providencial para la etapa de perfección de la resurrección» a la era en la que se perfecciona la providencia de la resurrección, resucitando en el espíritu y en la carne por medio del Señor en su Segunda Venida. Todos los hombres terrenales de esta época, pueden recibir el mérito de la era providencial de la resurrección en la etapa de perfección. El Señor de la Segunda Llegada viene con la nueva verdad para cumplir las Palabras del Antiguo y Nuevo Testamento (ref. Parte I, Cap. III, Sec.V, 1). Por lo tanto, Dios lleva a cabo la providencia de la resurrección en la etapa de perfección de tal manera que la gente será justificada cumpliendo su responsabilidad al creer en la nueva verdad (será mejor llamar a esta verdad El Testamento Completo) que será dada para el cumplimiento del Antiguo y Nuevo Testamento, y sirviendo directamente al Señor. Así pues, esta era puede ser llamada la «era de la justificación por el servicio». Los hombres que pertenecen a esta era pueden alcanzar la etapa de espíritu divino resucitando completamente, a la vez en espíritu y en cuerpo, creyendo y sirviendo al Señor de la Segunda Llegada. El lugar de la tierra donde viven los hombres que han perfeccionado su espíritu divino se llama el Reino de los Cielos sobre la tierra. Cuando un hombre perfecto que vivió en el Reino de los Cielos sobre la tierra abandona su cuerpo físico, pasa a vivir al Reino de los Cielos en el cielo, que es la región del mundo espiritual perteneciente a los espíritus divinos.
(5) El Reino de los Cielos y el Paraíso
Los cristianos, hasta el presente, han confundido los conceptos de Reino de los Cielos y Paraíso, porque no conocían el Principio. Si Jesús hubiera cumplido el propósito de su venida a la tierra como el Mesías, en aquel tiempo ya habría sido realizado el Reino de los Cielos sobre la tierra y los hombres perfectos, que viven en el Reino de los Cielos sobre la tierra, hubieran ido al mundo espiritual como hombres espirituales perfectos que ha alcanzado la etapa de espíritu divino, el Reino de los Cielos en el cielo se habría realizado en aquel tiempo.
Sin embargo, el Reino de los Cielos no fue realizado, debido a la crucifixión de Jesús, y ninguna persona de la tierra ha logrado la etapa de espíritu divino. Por esta razón, ningún hombre espiritual ha entrado en el Reino de los Cielos en el cielo, que fue creado como la morada de los hombres espirituales en la etapa de espíritu divino. Por consiguiente, el Reino de los Cielos en el cielo aún permanece vacío. Al observar al hombre, que debería ser su morador, podemos afirmar que el Reino de los Cielo aún no se ha realizado. ¿Por qué dijo Jesús que quien creyera en él entraría en el Reino de los Cielos? Esto fue debido a que el propósito original de su venida a la tierra era realizar el Reino de los Cielos. No obstante, Jesús murió en la cruz sin haber realizado el Reino de los Cielos sobre la tierra, a causa de la incredulidad del pueblo.
Jesús permitió al ladrón que fue crucificado a su lado que entrara con él en el Paraíso, porque el ladrón fue la única persona que al final tuvo fe en él, mientras que el resto de la gente de su tiempo no lo hizo (Lc. 23:43). Jesús enfatizó la posibilidad de entrar en el Reino de los Cielos cuando aún tenía la esperanza de cumplir su misión como el Mesías. Pero en el momento de su crucifixión, que impedía el cumplimiento de la voluntad, Jesús expresó que iba a ir al Paraíso. El Paraíso es la región del mundo espiritual a donde van después de la muerte, los hombres espirituales que han logrado la etapa de espíritu de vida creyendo en Jesús durante su vida en la tierra, y allí aguardan hasta que se abra la puerta del Reino de los Cielos
(6) Los fenómenos espirituales de los Ultimos Días
Conforme a la providencia de la restauración, después de caer del nivel de perfección de la etapa de crecimiento, el hombre se restaura hasta el nivel de perfección de la era de crecimiento del Nuevo Testamento, pasando por la era de formación del Antiguo Testamento; llamamos «Ultimos Días» a la era de retorno a la posición de los progenitores del ser humano antes de la caída.
Por ser esta la era donde se restaura mundialmente el tiempo en que Adán y Eva podían comunicarse libremente con Dios antes de la caída, aparecen en la tierra muchas personas que pueden comunicarse con el mundo espiritual. La promesa de Dios de que en los Ultimos Días El derramaría su Espíritu sobre toda carne (Hch. 2:17), solamente se puede comprender mediante este principio.
En los Ultimos Días, aparecen muchos que reciben la revelación «Tú eres el Señor». Comúnmente estas personas fallan en encontrar el camino justo, creyendo que son el Señor de la Segunda Llegada. ¿Cuál es la razón?
Originalmente, Dios creó al hombre y lo bendijo para ser el señor y gobernante de toda la creación (Gn. 1:28). No obstante, el hombre falló en realizar esta bendición por la caída. Cuando el hombre alcanza el nivel espiritual correspondiente a la posición de Adán y Eva justo antes de la caída, restaurándose espiritualmente hasta el nivel de perfección de la etapa de crecimiento mediante la providencia de la restauración, entonces Dios le da la revelación de que es un señor, queriendo decir que esta persona ha restaurado la posición de ser bendecida de nuevo como el señor de toda la creación.
Los santos en los Ultimos Días que han manifestado una fe tan ardiente como para estar calificados para la revelación de que son señores, están en una posición similar a la de Juan Bautista, que vino en los días de Jesús con la misión de enderezar el camino para él (Jn. 1:23). De una manera similar, a ellos también, en proporción a sus capacidades, se les ha dado la misión de enderezar el camino del Señor de la Segunda Llegada. Así pues, reciben la revelación de que están calificados para ser señores porque han sido escogidos para esta misión.
Quienes tienen poderes de comunicación espiritual están inclinados a convertirse en anticristos; después de recibir la revelación de que son señores pueden actuar equivocadamente, como si fueran el Señor de la Segunda Llegada, pues al no conocer el Principio no se dan cuenta de la situación. Esta es en realidad la razón por la cual está profetizado que en los Ultimos Días aparecerán muchos anticristos.
Es muy común que haya conflictos y confusión entre los hombres con poderes de comunicación espiritual, porque el contenido de sus revelaciones y la clase y nivel del mundo espiritual con el que se comunican difieren el uno del otro (1 Co. 15:41). Los espiritualistas están de hecho buscando el mismo nivel espiritual; pero a causa de la diferencia del ambiente, posición, intelecto y grado espiritual de cada uno, ellos ven partes distintas del mundo espiritual, y estas divergencias les lleva a estar en conflicto.
Aquellos que reciben una misión parcial en la providencia de la restauración, debido a que sólo tienen una relación vertical con Dios no llegan a advertir de su relación horizontal con otros espiritualistas. Como sus misiones aparentan ser diferentes, es que ocurren este tipo de conflictos. Además, este tipo de conflictos horizontales es inevitable, porque Dios da a cada uno la revelación «Tú eres el mejor» para animarle a hacer su máximo esfuerzo en cumplir el propósito de la providencia de la restauración. Para sus respectivas misiones, que son parciales y limitadas, la persona que está a cargo de ella es de hecho la única y la mejor. Por esto se recibe esta revelación.
Por un lado, cuando los hombres de fe ardiente desarrollan su comunicación espiritual, luego de haber alcanzado el mismo nivel que Adán y Eva antes de la caída, están inclinados a caer por una prueba o tentación semejante a la que Adán y Eva fallaron en superar. En realidad es muy difícil superar una tentación así mientras que no se conozca el Principio. Es verdaderamente lamentable que muchos hombres religiosos, al fallar en esta prueba, hayan anulado en un instante los méritos ganados a través de las largas y amargas pruebas en su vida ascética.
¿Cómo podemos evitar esta confusión entre los hombres con dones de comunicación espiritual? En el curso de la providencia Dios ha dado misiones parciales a numerosos individuos, con el fin de cumplir rápidamente el propósito de la providencia de la restauración, y como se relaciona verticalmente con cada uno de ellos, se hace difícil evitar los conflictos entre todos los espiritualistas. Finalmente, en la consumación de la historia humana, todos llegarán a darse cuenta de que sus respectivas misiones les fueron otorgadas por Dios con un idéntico propósito: la realización de la providencia de la restauración. Establecerán relaciones horizontales entre ellos, uniéndose y Dios les dará Palabras de la nueva verdad, de modo que se realice la finalidad total de la providencia de la restauración. En ese momento, todos los espiritualistas cesarán en su obstinada insistencia de que sólo su camino es la voluntad de Dios, y sólo una vez que comprendan correctamente su misión y posición providencial ante las palabras de una verdad superior y completa, podrán superar toda confusión del pasado originada en conflictos horizontales, al mismo tiempo que coronarán de gloria sus respectivos cursos de fe.
(7) La primera resurrección
«La primera resurrección» es la que por primera vez desde que comenzó la historia providencial de la restauración y gracias a la Segunda Llegada, posibilita al hombre quitar su pecado original, restaurar su yo original y cumplir el propósito de la creación.
Por consiguiente, la esperanza de todos los cristianos es participar de la primera resurrección. ¿Quiénes podrán participar de ella?. Al llegar el Señor de la Segunda Venida, participarán aquellos que perfeccionaron el propósito de la creación, logrando un cuerpo espiritual divino al quitarse el pecado original antes que los demás, por medio de colaborar en su tarea de establecer condiciones de indemnización a nivel general y mundial del curso providencial de restauración, creyendo en él, siguiéndolo y sirviéndolo.
A continuación, estudiemos qué significan los «ciento cuarenta y cuatro mil» señalados en la Biblia. Con el fin de que el Señor cumpla la providencia de la restauración en su Segunda Llegada, él debe establecer el fundamento de victoria sobre el mundo satánico. El debe establecer horizontalmente, durante una generación, a los representantes que puedan restaurar por indemnización las posiciones de los santos y los sabios en la historia que han sido invadidos por Satán o que han fallado en cumplir su parte de responsabilidad. El número total de santos que el Señor de la Segunda Llegada debe encontrar y reunir para este propósito es ciento cuarenta y cuatro mil, como está escrito en el Apocalipsis 7:4 y 14:1-4.
En el curso de la providencia divina de la restauración, Jacob, que tenía la misión de restaurar la familia, comenzó su misión centrado en sus doce hijos; y Moisés comenzó su misión de restaurar la nación conduciendo a doce tribus. Cuando cada tribu se multiplica según el modelo de los doce hijos, el número total será ciento cuarenta y cuatro. Jesús, que tenía la misión de restaurar el mundo, estableció doce discípulos con el fin de restaurar por indemnización el número ciento cuarenta y cuatro, a la vez física y espiritualmente. Pero, debido a su crucifixión, sólo pudo trabajar espiritualmente para la restauración por indemnización. Por consiguiente, de igual manera que Jacob tuvo doce hijos con el fin de restaurar, horizontalmente, por indemnización las doce generaciones verticales desde Noé a Abraham que habían sido perdidas a Satán, así también el Señor de la Segunda Llegada debe establecer a un cierto número necesario de santos, correspondiente al número ciento cuarenta y cuatro mil, con el fin de restaurar este número, horizontalmente, por indemnización a la vez espiritual y físicamente.
3. LA PROVIDENCIA DE LA RESURRECCION DE LOS HOMBRES ESPIRITUALES
(1) La razón y el método de la resurrección por retorno del hombre espiritual
De acuerdo a los principios de la creación, el espíritu del hombre fue creado para crecer sólo a través de la acción de dar y tomar entre los elementos de vida de Dios y los elementos de vitalidad provistos por el cuerpo del hombre. Por esta razón, el hombre espiritual no puede crecer ni resucitar sin un cuerpo físico. Para que los hombres espirituales que pasaron al otro mundo sin lograr la perfección en su vida física, puedan resucitar, deben volver a la tierra y ayudar a aquellos santos que están realizando una misión idéntica a la que ellos tuvieron, y a través de los cuerpos físicos de estos, posibilitar su cumplimiento. Por esta razón se dice en Judas 1:14, que en los Ultimos Días el Señor vendrá «con sus santas miríadas» .
¿De qué manera cooperan los hombres espirituales con los hombres en la tierra para realizar la voluntad? Cuando los hombres en la tierra forman una base recíproca con los hombres espirituales, mediante oraciones y otras actividades espirituales, entonces los hombres espirituales descienden y forman bases recíprocas con los espíritus de los hombres en la tierra, cooperando así con ellos sobre estas bases. Los hombres espirituales derraman fuego espiritual sobre los hombres terrenales, les dan el poder de curar enfermedades y les ayudan a hacer obras poderosas. Y más aún, ellos posibilitan a los hombres en la tierra ver y escuchar las realidades del mundo espiritual en espíritu, a veces haciéndole profetizar por medio de revelaciones e inspiraciones. Mediante estas actividades, como sustitutos del Espíritu Santo, cooperan con los hombres en la tierra para cumplir la voluntad de Dios.
(2) La resurrección por retorno de los hombres espirituales que habían creído en el cristianismo durante sus vidas
(i) La resurrección por retorno en la etapa de crecimiento
Aquellos espíritus de formación de la Era del Antiguo Testamento que en sus vidas sirvieron ardientemente a Dios, observando la Ley en la tierra, descendieron todos después de la llegada del Mesías y cooperaron con los santos en la tierra para cumplir la Voluntad, y de esta manera entraron en la etapa de espíritu de vida. Así, tanto los hombres espirituales que cooperaron por retorno, como los creyentes en la tierra, recibieron el mismo beneficio. Juntos realizaron un espíritu de vida y entraron al Paraíso. Llamamos a esto la «resurrección por retorno en la etapa de crecimiento».
Tomemos algunos ejemplos de la Biblia. Está claro que Elías aún estaba en el mundo espiritual, pues está escrito que Elías se apareció, como un espíritu, ante Jesús y sus discípulos (Mt. 17:3). Sin embargo, Jesús llamó a Juan Bautista «Elías». Jesús dijo esto porque Elías descendió a Juan Bautista y cooperó con él para cumplir la misión que no pudo terminar en la tierra, alcanzando así el propósito de la resurrección por retorno. Así pues, según el punto de vista de su misión, el cuerpo físico de Juan Bautista sustituía al de Elías.
Por otro lado, Mateo 27:52, afirma que después de la crucifixión de Jesús las tumbas se abrieron y muchos cuerpos de santos que habían muerto resucitaron. Esto no significa que sus cuerpos físicos, que ya se habían descompuesto en la tierra, resucitaran. Esto es, simplemente, un relato del hecho de que los hombres espirituales de la Era del Antiguo Testamento, que habían permanecido en el mundo espiritual como espíritus de formación, descendieron con el fin de entrar en la etapa de espíritu de vida, al cooperar con los santos en la tierra, quienes estaban en la posición de recibir el beneficio de la redención por la cruz. Si los santos de la Era del Antiguo Testamento hubieran resucitado literalmente de sus tumbas, seguramente habrían dado testimonio de Jesús como el Mesías. Entonces, ¿qué judío no hubiera creído en el testimonio de ellos?. Sus actividades habrían quedado registradas en la Biblia. Pero no encontramos ningún relato de esta clase en la Biblia, aparte del hecho de que resucitaron de las tumbas. Según esto, podemos comprender que eran hombres espirituales que sólo podían verlos por poco tiempo aquellos que tenían abiertos sus ojos espirituales.
En comparación con el Paraíso, al cual se podía entrar mediante la redención por la cruz de Jesús, la región donde estaban los hombres espirituales de la Era del Antiguo Testamento era más oscura y angustiosa; por esta razón se la llamaba «tumba».
(ii) La resurrección por retorno en la etapa de perfección
Aquellos espíritus de vida de la Era del Nuevo Testamento que creyeron en Jesús en la tierra y fueron al Paraíso, tienen que volver de nuevo después de la Segunda Llegada del Mesías. Estos espíritus, al colaborar con los santos en la tierra en creer y servir al Señor de la Segunda Llegada, ayudándoles así a alcanzar la etapa de espíritu divino, llegarán también a ser espíritus divinos. Así, podrán entrar en el Reino de los Cielos en el cielo junto con los santos de la tierra que entren en el Reino después de dejar sus cuerpos físicos. Esta providencia de la resurrección se llama la «providencia de la resurrección por retorno en la etapa de perfección». Según el punto de vista de esta providencia, los hombres en la tierra, cooperarán con los hombres espirituales, y más aún los hombres espirituales cooperarán con los hombres en la tierra.
Hebreos 11:39-40, dice: «Y todos ellos [los santos de la Era del Antiguo Testamento], aunque alabados por su fe, no consiguieron el objeto de las promesas [permiso para entrar en el Reino de los Cielos]. Dios tenía ya dispuesto algo mejor [Reino de los Cielos] para nosotros [los hombres en la tierra], de modo que no llegaran ellos [hombres espirituales] sin nosotros [los hombres en la tierra] a la perfección [ciudadanos del Reino de los Cielos]». Este pasaje bíblico confirma el principio de que los hombres espirituales no pueden llegar a la perfección si no cooperan con los hombres en la tierra. También, en Mateo 18:18, se dice: «todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo», dando a entender que todo lo que está atado por los hombres espirituales no será desatado a no ser que los santos en la tierra lo hagan. Así pues, los hombres espirituales sólo pueden resucitar descendiendo a los santos en la tierra y cooperando con ellos. Por lo tanto, como leemos en Mateo 16:19, Jesús le dio a Pedro, representante de los santos en la tierra, las llaves del Reino de los Cielos, para que pudiera abrir la puerta del Cielo aquí en la tierra
(3) La resurrección por retorno de los hombres espirituales que viven fuera del Paraíso
Primero, examinemos cómo pueden resucitar por retorno los hombres espirituales que cuando fueron al mundo espiritual, creían en religiones diferentes del Cristianismo. De igual manera que todos los hombres, para cumplir un propósito común, deben primeramente establecer una base recíproca, así también los hombres terrenales y los hombres espirituales deben establecer una base recíproca entre sí con el fin de cumplir el propósito de la providencia de la restauración. Por consiguiente, los hombres espirituales que vuelven para la resurrección, primeramente escogen como objetos adecuados con los cuales cooperar, a hombres en la tierra con la misma religión que ellos tenían en sus vidas físicas, y luego descienden a ellos. Así ayudándoles a cumplir el propósito de la restauración, ellos pueden recibir los mismos beneficios que los hombres en la tierra.
Segundo, investiguemos cómo los hombres espirituales buenos, que vivieron una vida de buena conciencia en la tierra aunque no tenían ninguna religión, pueden resucitar por retorno. No existe ningún hombre absolutamente bueno entre los hombres caídos, ya que llevan inherente el pecado original. Por consiguiente, al decir «hombres espirituales buenos» nos referimos a aquellos que poseen más elementos buenos que malos. Este tipo de hombres espirituales buenos descienden a hombres buenos en la tierra y cooperando con ellos en cumplir el propósito de la restauración de Dios, finalmente disfrutan de los mismos beneficios que éstos.
Tercero, estudiamos cómo los hombres espirituales malos pueden resucitar a través de su segunda llegada. En Mateo 25:41 leemos que los apartados a su izquierda están destinados al fuego eterno preparado para el «Diablo y sus ángeles». Los «ángeles del Diablo» son los hombres espirituales malos que trabajan bajo el control del Diablo. Las criaturas espirituales comúnmente llamadas «fantasmas», cuya naturaleza se desconoce, son en realidad hombres espirituales malos. Estos espíritus malos también reciben el beneficio de la era descendiendo a los hombres en la tierra.
Sin embargo, no por todas sus obras los hombres espirituales malos reciben el beneficio de la resurrección por retorno. Para que los hombres espirituales malos puedan obtener el beneficio de la resurrección por retorno, ante todo sus obras deben ayudar a establecer una condición de indemnización conforme a la intención de Dios de eliminar los pecados de los hombres en la tierra, castigándoles. Entonces, de qué manera las obras de los espíritus malos ayudan a ejercer un juicio de parte de Dios?
Veamos un ejemplo. Supongamos que hay un hombre en la tierra que está calificado para pasar de la esfera de beneficio del nivel familiar a la del nivel tribal, a través del beneficio de la era de la providencia de la restauración. Sin embargo, si este hombre tiene una cierta deuda de pecados, ya sea suya o de sus antepasados, no puede ir a la esfera de beneficio del nivel tribal sin antes haber liquidado la deuda estableciendo una condición correspondiente de indemnización. En este caso, Dios puede permitir a un espíritu malo que atormente al hombre en la tierra como castigo por su pecado. Entonces, si este hombre soporta agradecido el tormento dado por el hombre espiritual malo, puede graduarse para pasar a la esfera de beneficio del nivel tribal, por haber establecido la condición de indemnización superando la prueba. En este caso, el hombre espiritual malo recibe una parte del beneficio. De esta forma la providencia de la restauración amplía su círculo conforme al beneficio de la era, pasando de la esfera del beneficio del nivel familiar a la del nivel tribal, nacional y finalmente a la del nivel mundial. La persona a cargo de la providencia que tenga que graduarse para el nivel siguiente de la esfera del beneficio de la era debe establecer necesariamente una condición de indemnización correspondiente a la deuda de los pecados de ella misma o de sus antepasados. Hay dos métodos por los cuales los hombres espirituales malos pueden establecer una condición de indemnización para los hombres en la tierra.
El primer método es que los hombres espirituales malos obren directamente con el hombre en la tierra que tiene que establecer la condición de indemnización para eliminar su pecado. El segundo método es que el espíritu malo descienda a un hombre malo de la tierra y a través de él, realice substancialmente las obras malas en contra del hombre que establece la condición de indemnización para eliminar sus pecados.
En ambos casos, si el hombre soporta con agrado la obra del hombre espiritual malo, puede establecer una condición de indemnización por sus propios pecados y por los de sus antepasados. De esta forma se le permite entrar en la esfera del beneficio de la nueva era. Así, las obras de los hombres espirituales malos ayudan a ejercer el juicio de los pecados de los hombres en la tierra, de parte de Dios. A través de sus obras, los hombres espirituales malos pueden también entrar en la esfera de beneficios de la nueva era, con los mismos beneficios que los hombres en la tierra.
4. LA TEORIA DE LA REENCARNACION SEGUN EL PUNTO DE VISTA DE LA RESURRECCION POR RETORNO
Con el fin de cumplir el propósito completo de la providencia de la restauración, Dios ha elegido muchos individuos y les ha dado a cada uno una parte apropiada de la misión total. Además de esto, cada hombre ha transferido su misión a muchos individuos similares que le han sucedido, hasta que finalmente se ha cumplido la misión después de haber pasado por muchos individuos a lo largo de la historia humana.
La providencia de la restauración, que comenzó en un nivel individual se dirige hacia la meta final de la restauración del cosmos entero, después de pasar por el nivel familiar, nacional y mundial. Por ello, la misión de una cierta persona aunque sólo sea parcial, empieza primero como una misión individual y luego se extiende hasta llegar a ser una misión familiar, nacional y finalmente mundial. Ejemplos de esto en la Biblia son: Abraham, con una misión individual y familiar; Moisés, con una misión nacional, y Jesús, con una misión mundial.
También, los hombres espirituales que no pudieron cumplir sus misiones en la tierra, descienden a los hombres terrenales que tienen misiones similares a las que ellos tenían en su vida, y cooperan con ellos en la realización de la voluntad. Según el punto de vista de la misión, el cuerpo físico del hombre terrenal sirve como cuerpo del hombre espiritual. El hombre en la tierra, al recibir la cooperación del hombre espiritual, cumple la misión del hombre espiritual así como también la suya propia. En este caso, el hombre en la tierra es la «segunda llegada» del hombre espiritual que coopera con él, así que a menudo toma el mismo nombre del hombre espiritual. Por ello, con frecuencia los hombres en la tierra parecen ser la reencarnación del hombre espiritual. Tomemos un ejemplo de la Biblia. Juan Bautista, cumpliendo su misión mediante la cooperación de Elías, tenía que completar la misión que Elías no había terminado en la tierra. Jesús llamó a Juan Bautista «Elías» (ref. Sec. II, 3 [2]), debido a que el cuerpo de Juan era el sustituto del cuerpo de Elías.
En los Ultimos Días, los hombres terrenales que tienen misiones específicas en el nivel mundial están en la posición de suceder a los hombres espirituales que tuvieron anteriormente estas misiones en la tierra, y deben completarlas. Por consiguiente, estos hombres espirituales descienden a los hombres elegidos en la tierra y, cooperando con ellos, cumplen las misiones que dejaron incompletas en sus vidas en la tierra. Por esta razón, el hombre en la tierra que recibe la cooperación del hombre espiritual es la segunda llegada de ese hombre espiritual; también aparece como si fuera la reencarnación del hombre espiritual. Por esto mucha gente en los Ultimos Días dicen que son Cristo, Buda, Confucio o el «Olivo Verdadero» o el Arbol de la Vida. La doctrina de la reencarnación, mantenida por el Budismo, proviene de la interpretación de apariencias exteriores, por desconocer la teoría de la «resurrección a través del retorno».
SECCION III
LA UNIFICACION DE LAS RELIGIONES MEDIANTE LA RESURRECCION POR RETORNO
1. La Unificación del cristianismo mediante la resurrección por retorno
Como explicamos en la Sección II, 3 (2) de este capítulo, los hombres espirituales de la etapa de espíritu de vida, descienden del Paraíso a los santos en la tierra que tienen la posibilidad de alcanzar la etapa de espíritu divino creyendo en el Señor de la Segunda Llegada y sirviéndole. Ellos pueden finalmente entrar en el Reino de los Cielos con el mismo mérito que los santos en la tierra, al cooperar en el cumplimiento de la voluntad de la providencia de la restauración. Por esta razón, en los días de la Segunda Llegada, todos los hombres espirituales del Paraíso descenderán a los santos en la tierra y cooperarán con ellos.
El tiempo de su visita puede variar conforme a la fe del individuo, su predisposición natural y las realizaciones de sus antepasados por la voluntad de Dios. De esta manera, tarde o temprano los santos en la tierra están destinados a servir al Señor de la Segunda Llegada y a dedicarse a la voluntad de Dios mediante la cooperación de los hombres espirituales del Paraíso. Por lo tanto, el Cristianismo está destinado a unificarse.
2. La Unificación de todas las demás religiones mediante la resurrección por retorno
Como se estudió en «La Consumación de la Historia Humana», no podemos negar el hecho histórico de que todas las religiones, que en realidad tienen un propósito idéntico, están siendo absorbidas gradualmente por la esfera cultural cristiana. Por consiguiente, el Cristianismo no es sólo para los cristianos, sino que tiene la misión de cumplir el propósito último de todas las religiones que han aparecido en el pasado. Naturalmente, el Señor de la Segunda Llegada, que viene como la figura central del Cristianismo, también vendrá en el papel de Buda, de quien los budistas creen que volverá de nuevo, así como también en el papel del «Verdadero Hombre», cuya aparición anticipan los confucionistas, y del «Chung Do Ryung» («El Heraldo del Camino de Justicia»), esperado por muchos coreanos. Además, él vendrá también como la figura central cuya llegada esperan todas las demás religiones.
Por esta razón, los hombres espirituales que creyeron en otras religiones aparte del Cristianismo en su vida en la tierra tendrán que volver, al igual que los hombres espirituales del Paraíso, con el fin de recibir el mismo beneficio de la resurrección en el tiempo de la Segunda Llegada, aunque el tiempo de su visita puede variar conforme a sus posiciones espirituales. De esta forma, ellos están destinados a descender a los hombres en la tierra que pertenecen a sus religiones y conducirlos hacia el Señor de la Segunda Llegada, ayudándoles a tener fe y servir al Señor, para realizar así la voluntad de Dios. Por lo tanto, todas las religiones se unificarán finalmente, centralizadas en el Cristianismo.
3. La Unificación de los Hombres Sin Religión Mediante la Resurrección por Retorno
Los hombres espirituales que durante su vida no creyeron en ninguna religión pero llevaron una vida de buena conciencia, también vienen de nuevo a su debido tiempo con el fin de recibir el beneficio de la resurrección a través de la segunda llegada. De esta forma, cooperan con los hombres en la tierra de buena conciencia ayudándoles a encontrar y servir al Señor de la Segunda Llegada y a participar en la realización de la voluntad de Dios. Podemos dar el ejemplo de los Tres Reyes Magos que vinieron de Oriente y adoraron al niño Jesús (Mt. 2:1-6).
El propósito último de la providencia de la restauración de Dios es salvar a toda la humanidad. Por ello, la intención de Dios es hacer desaparecer el infierno completamente, después de acabar el periodo de tiempo necesario para pagar completamente toda la indemnización. Si el infierno permanece eternamente en el mundo de la creación incluso después de la realización del propósito del bien de Dios, llegaríamos a la contradicción de que Dios es imperfecto, sin hablar de la consiguiente imperfección de Su ideal de la Creación y Su providencia de la restauración.
Si el corazón de los padres en las familias caídas se sienten acongojados por la desgracia de tan solo uno de sus hijos, ¡cuánto más lo siente Dios, que es el Padre Celestial!. En 2 Pedro 3:9, encontramos: No se retrasa el Señor en el cumplimiento de la promesa. sino que usa de paciencia con nosotros, no queriendo que algunos perezcan, sino que todos lleguen a la conversión.
Por consiguiente, el infierno no puede existir en el mundo ideal que debe realizarse de acuerdo a la voluntad de Dios. Las fuerzas de Satán incluso dieron testimonio de que Jesús era el hijo de Dios (Mt 8:29). Cuando lleguen los Ultimos Días, incluso los espíritus malos descenderán a los hombres en la tierra de su mismo nivel y cooperando con ellos tomará parte en la realización de la voluntad de Dios. Finalmente, después de su debido período de tiempo, se conseguirá el propósito unificado de la creación.