Honorable Chairman, distinguidos antiguos y actuales Jefes de Estado y de Gobierno, señoras y señores.
Hoy con la apertura de la Tercera Conferencia para la Paz Mundial, me gustaría expresarles mi más profundo respeto y aprecio por su participación en este evento histórico. Permítanme amablemente extender mi más profunda gratitud a cada uno de ustedes que han viajado hasta aquí de muy lejos y hacen posible que esta magnifica conferencia se celebre. Se que ustedes han venido debido a su deseo de ser forjadores de la verdadera paz mundial. Estoy muy agradecido por tener esta oportunidad para compartir con ustedes mis puntos de vista, acerca del significado del verdadero mundo de paz. Más aun que en el pasado, estos asuntos tienen que ser de la mayor preocupación durante esta Tercera Conferencia para la Paz Mundial.
Mientras viajaba de norte a sur y de este a oeste; oré y reflexioné acerca de esta parte especial del mundo. Pensé profundamente acerca de lo que las 30 naciones que abarca América Latina tiene que hacer para alcanzar la verdadera paz y establecer una sociedad ideal. América Latina tiene claramente un potencial abundante que sorprende. Hay aparentemente recursos naturales sin limites y el potencial humano apenas ha empezado a ser utilizado. América Latina is un paraiso natural, rico y pacífico, de montañas grandiosas y tierras vírgenes. Las montañas y las junglas recuerdan el estado original de la creación, el Jardín del Edén .
Contemplo los días llenos de gloria que esperan a América Latina en el siglo veintiuno. En cada oportunidad dí el mismo consejo a los líderes que me encontré. Les dije: "Por favor, no sigan los pasos de las naciones desarrolladas. No repitan a ciegas los errores contra el medio ambiente cometidos por los países ricos en su ímpetu aprovechar energías en nombre del progreso".
¿Porqué dí tal consejo? Es debido a que veo un futuro oscuro y sin esperanza para las naciones llamadas desarrolladas. Francamente, a pesar su riqueza, no poseen la felicidad que la humanidad ha buscado desde el origen.
Consideremos por un momento el caso de los Estados Unidos. En los últimos veinticinco años, he hecho todo lo posible para establecer las bases para la paz mundial en esa nación que amo profundamente. A pesar de mis sinceros esfuerzos por guiarla en la dirección correcta, he sufrido persecución en los Estados Unidos, aun asi mi esperanza en esta gran nación y mi creencia en su destino providencial nunca ha cambiado.
Cuando visité por primera vez "la tierra de la oportunidad" en 1960, parecia que todo el mundo quería imitar a los Estados Unidos. Admirabamos profundamente la vida representada en los programas del cine y la televisión estadounidense. Los preciosos y profundos himnos de las iglesias en los domingos hacían eco a través del país. El dibujo animado de Superman, el defensor de la verdad, la justicia y el tipo de vida americana era el símbolo del espíritu de justicia americano. Las calles de las ciudades estaban en orden, limpias y hermosas. En aquella época el mundo obsevaba a los Estados Unidos con ojos de envidia.
Cuando miramos hoy a los Estados Unidos, ¿qué vemos?. Vemos una nación en decadencia. Donde los problemas difíciles y aparentemente sin solución están acumulandose. La corrupción moral y el creciente crimen violento son los que más perturban. Los asesinatos, las drogas, el divorcio, el abuso de los niños, el secuestro, los embarazoz de adolescentes, todo ello caracteriza este país. Yo que amo aquella gran nación con todo mi corazón, tengo un dolor muy profundo por todo lo que veo.
Sin embargo, el fenómeno de la creciente decadencia no se limita a los Estados Unidos. A medida que nos acercamos al siglo XXI, vemos que todas las naciones desarrolladas lidian con estos mismos problemas.
¿Cuál es la razón? Se debe a que los países desarrollados del mundo están cayendo en un abismo de materialismo y nacionalismo egoísta.
Cuando la mente y el espíritu están obsesionadas con la búsqueda de objetivos materiales, la verdadera esencia humana se convierte en esclava de los deseos egoístas. Ello produce el deterioro del verdadero amor. Las ciudades están llenas de rascacielos y las tierras de labrantío producen cultivos récord, pero el corazón humano esta seco y árido como un desierto. Las vidas humanas se vuelven vacias debido a que el oasis de verdadero amor no se puede encontrar en medio de todo esta riqueza material. Como un circulo vicioso, la ausencia de verdadero amor sirve de tierra de cultivo para aumentar el egoísmo. Una de las victimas más graves del egoísmo es la creación, la Tierra Madre.
Sin embargo, la victima màs grave del egoísmo es la familia humana. La familia es la piedra angular de cada nación, cada familia constituye una célula de la sociedad. Utilizando la analogía del cuerpo humano, si cada uno de los billones de células esta sana, entonces, la persona está sana. Y a la inversa, si suficiente número de células están débiles o destruidas, entonces, el cuerpo entero se enferma y finalmente cesa de funcionar. Por consiguiente, el colapso del verdadero sistema familiar indica que la destrucción de la humanidad puede que no este muy lejos. Nuestra sociedad se dirige en una dirección completamente opuesta a la que originalmente estaba proyectada por Dios.
En cinco años nos encontraremos en el amanecer del siglo XXI. Ese nuevo milenio esta destinado a ser el tiempo cuando podemos volver al mundo original que Dios desea. Una civilización surgirá donde el espíritu y la mente serán los maestros.
Es my sincera esperanza que a medida que entramos en el próximo milenio, las naciones en vías de desarrollo no seguirán los pasos de las llamadas naciones desarrolladas. Más bien, aprenderán de la experiencia de los países ricos y evitarán las trampas del materialismo y el nacionalismo egoísta. Entonces, pueden ir directamente a un mundo donde el espíritu y la mente prevalece. Este es el punto que acentué repetidamente durante my gira por América Latina.
Hemos alcanzado un punto en la historia donde el mundo está a punto de experimentar grandes cambios. En términos religiosos, podemos decir que hemos alcanzado los Ultimos Días. Sin embargo, no me estoy refiriendo a días de oscuridad y destrucción. Desde el punto de vista de Dios, el Creador, quiere decir el final mundo falso; el mundo caído y egoísta. Este mundo de maldad cambiará de arriba a bajo por el establecimiento de un mundo de bondad, el mundo original de la creación de Dios. Por consiguiente, los Ultimos Días son realmente el deseo y la esperanza para todos nosotros.
¿Cómo pues, podemos realizar esta transición histórica de una civilización materialista a una orientada hacia la espiritualidad? Ello se realizará a través de la verdad. Ahora mismo el sol esta ascendiendo en el cielo trayendo una brillante luz de verdad a la humanidad, suficientemente luminosa para completar la transformación del mundo viejo. Nos referimos a esta luz como el Principio de Unificación, el gran principio del verdadero amor .
Un médico necesita diagnosticar la causa precisa de una enfermedad para poder curar el paciente. Asimismo, el Principio claramente indica la razón por la cual la sociedad humana desembocó en la miseria. Revela el curso de la caída humana, que condujo a un mundo sin principios con el que luchamos cada día.
Una vez que la causa ha sido diagnosticada, la receta que salva la vida puede aplicarse. En los últimos cuarenta años, he viajado ansiosamente por el globo con esta receta y yo mismo me he dedicado a compartirla con el mundo.
Si en verdad vivimos por toda la eternidad, entonces claramente nuestras prioridades en la vida tienen que ser reorganizadas. Deseo compartir en esta augusta reunión algunos de estos grandes principios. Pero, realmente al hacer esto, sólo arañamos la superficie. No es posible para nadie comprender con profundidad las implicaciones en tan corto periodo de tiempo. Se necesita estudiar el Principio de Unificación sinceramente, con suficiente tiempo y oración.
El primer gran principio enseña que Dios es un Dios vivo, y que El es el Padre de la Humanidad. Dicho de otro modo, la relación entre Dios y la humanidad es la de Padre e hijos. Esta fue la primera verdad que Dios me reveló.
Segundo, la personalidad original de Dios es verdadero amor, y El creó la humanidad y todas las cosas para realizar Su amor verdadero. Por tanto, la raza humana es el objeto del amor de Dios. Dios quiere verter sin límites e incondicionalmente verdadero amor en los corazones de Sus hijos.
Tercero, como su entidad sustancial en la tierra, Dios el Padre invisible estableció a los Verdaderos Padres para la salvacion del mundo. Toda la gente puede ser eternamente restaurada al recuperar el verdadero amor, la verdadera vida y el verdadero linaje. Esto se consigue alcanzando perfecta unidad con los ideales de los Verdaderos Padres.
Milagrosamente, estamos viviendo ahora en la anhelada era de los Verdaderos Padres. No ha existido y nunca existirá de nuevo un tiempo de esta magnitud de bendición en la historia de la humanidad. Por tanto, somos la generación que ha nacida con la mayor fortuna.
Esta ceremonia nupcial santa se celebrará simultáneamente en 160 naciones vía satélite, es una ceremonia que enlazará verticalmente la humanidad en el verdadero amor con los Verdaderos Padres, los seres sustanciales de Dios, que es el Padre invisible. Esta ceremonia une también a los participantes en una hermandad transcendiendo limites territoriales, razas y religiones.
Es una ceremonia de transformación para la humanidad, restaurando el verdadero amor de Dios, la verdadera vida y el verdadero linaje perdido en la caída de los primeros antepasados humanos, Adan y Eva.
Por tanto, este es un momento de gran entusiasmo. La humanidad que ha estado sufriendo bajo el dominio de Satanás por 6.000 años bíblicos será puesta en libertad por primera vez. Es una ceremonia de gran alegría y liberación. La humanidad puede volver ahora con gritos de ¡Hosanna ! al Reino del verdadero amor de Dios. Esta ceremonia es posible en este momento debido a la aparición de los Verdaderos Padres.
Señoras y señores, la Bendicíon es también la ceremonia por la que un hombre y una mujer unidos en matrimonio ante Dios, pueden prometer pureza y fidelidad el uno al otro. La desintegración de la familia es el resultado del mal uso del amor. Debido a que el amor inmoral fue la causa de la caída de nuestros antepasados, entonces nosotros, que somos sus descendientes hemos sido victimas inconscientes del mismo amor inmoral y promiscuo. Es un fenómeno a nivel mundial manifestado a través de la libertad sexual, la homosexualidad y las relaciones decadentes. Pienso que no es una exageración decir, que la promiscuidad de hoy se parece al mundo animal.
El tiempo ha llegado para que la humanidad regrese al mundo del puro amor altruista por medio de liberar a la humanidad caída de sus falsos antepasados y los que son llamados a liberar este mundo son los Verdaderos Padres.
En la Bendición, la esposa promete amor puro a su esposo, reconociendolo como hijo de Dios, representante de todos los hombres del mundo. El esposo promete su absoluto y fiel amor a su esposa, aceptandola como hija de Dios, representante de todas las mujeres del mundo.
¿Puede una enfermedad fatal como el SIDA penetrar un matrimonio en el que la pareja está unida de esta manera? El SIDA es una prueba de los Ultimos Días para medir la pureza y fidelidad de la humanidad. La sociedad moderna trata de evitar el SIDA por medio del uso de los condones. Tratan de curar la enfermedad desarrollando nuevas medicinas, pero están haciendo estos intentos con ignorancia del ideal original de Dios. El SIDA no es un problema que puede ser resuelto a través de medios científicos puramente. Su solución última está en la restauración de la moralidad y la restauración del verdadero amor.
Un instituto de investigación de la Universidad de Harvard emitió recientemente un informe que proyectaba cifras del Sida para el año 2010, y estimaba que esta enfermedad habrá infectado cerca de mil millones de personas. Tales sorprendentes cifras amenazan la misma existencia de la raza humana.
El SIDA solo puede erradicarse cuando volvemos al verdadero amor deseado por Dios. Claramente hablando, ese es el amor puro y fiel en la familia. Y cuando hablo de fidelidad, no quiero decir la fidelidad tradicional que se aplica sólo a la mujer. Me refiero a la pureza y fidelidad de ambos los hombres y las mujeres, basada en el ideal de Dios del verdadero amor monógamo.
Este principio permite a los hombres y las mujeres proteger la santidad e inviolabilidad del acto del amor por medio de no dedicarse a relaciones prematrimoniales o extramaritales. Después de ser bendecido con su cónyuge, el esposo y esposa ideal se aman sin limites como sujeto y objeto.
Hoy quiero hacer énfasis en la pureza y fidelidad del hombre más que en la de la mujer. No es una exageración decir el daño causado por los hombres que se complacen con la lujuria incontrolada ha destruido casi las oportunidades de felicidad de la humanidad.
La voluntad humana sólo, no es suficiente en el mundo decadente de hoy para volver al orden original del verdadero amor deseado por Dios. Podemos volver a través del poder de nuestro Padre celestial, y Su poder se manifiesta por medio los Verdaderos Padres en la tierra.
La ceremonia de bendición del 25 de agosto abarcará 360.000 parejas. Cuando este numero aumente a 3.600.000 parejas, a 36 millones de parejas, a 360 millones de parejas y a 3.600 millones de parejas, el SIDA será erradicado de la sociedad humana. El mundo de amor puro donde Dios y el hombre llegan a ser uno será realizado. Esto no es sólo un sueño. La realización de la Providencia de Dios para el Reino de los Cielos en la Tierra está destinado a que suceda porque no es el trabajo de un hombre sólo, sino el trabajo de Dios.
Sinceramente les deseo que llegen a ser verdaderos apóstoles de la paz. Estoy profundamente agradecido que ustedes puedan participar conmigo como socios en este esfuerzo. Por favor, tomen este mensaje de regreso a sus países y compartanlo. Oro para que la bendición de Dios sea derramada sobre todos ustedes y sus familias.